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lunes, 14 de septiembre de 2015

Ambición sin Control. Ezequiel 17


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Ambición es la tendencia que tenemos los seres humanos a desear más.
No es malo desear tener más cuando no excedemos los parámetros establecidos para poderlo conseguir. El problema es cuando empezamos a desear cosas que no están dentro de nuestras posibilidades y queremos conseguirlas sin importarnos las consecuencias.
La ambición bien dirigida es el motor que nos permite esforzarnos por conseguir algo que pensábamos que no era posible.
Una religión mal enfocada también nos enseña que el ser pobres es algo que  le agradada a Dios.

Que produce una ambición sin control.
1. No valorar lo que tenemos. V 5 “Tomó también de la simiente de la tierra, y la puso en un campo bueno para sembrar, la plantó junto a aguas abundantes, la puso como un sauce.” la mejor forma de progresar en la vida es amando lo que tenemos y esforzarnos por tener algo mucho mejor. Cuando amamos lo que hacemos lo disfrutamos y las cosas nos quedan muy bien.
2. No valorar lo que ganamos. V 6 “Y brotó, y se hizo una vid de mucho ramaje, de poca altura, y sus ramas miraban al águila, y sus raíces estaban debajo de ella; así que se hizo una vid, y arrojó sarmientos y echó mugrones.” una persona que no tiene control sobre lo que ambiciona se vuelve insatisfecha. Nada de lo que adquiere le parece suficiente y siempre quiere más.
3. Desear lo que no tenemos. 7 “Había también otra gran águila, de grandes alas y de muchas plumas; y he aquí que esta vid juntó cerca de ella sus raíces, y extendió hacia ella sus ramas, para ser regada por ella por los surcos de su plantío.” la infelicidad en una persona comienza cuando no amamos o ni valoramos lo que tenemos por estar desean do lo que no tenemos. Hay personas que lo tienen todo para ser felices. Una buena pareja, buenos hijos, un buen empleo. Etc. pero no lo pueden disfrutar por estar pendientes de lo ajeno.
Consecuencias de la ambición sin control.
1. Descuidamos lo que tenemos. 9 a “Diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Será prosperada?” estamos tan preocupados por adquirir otras cosas que ya no nos importa lo que tenemos. Cuida lo que tienes no sea que alguien te lo quite. Y cuando quieras regresar por lo tuyo ya sea muy tarde.
2. Acabamos con lo que ganamos. V 9 b “¿No arrancará sus raíces, y destruirá su fruto, y se secará? Todas sus hojas lozanas se secarán; y eso sin gran poder ni mucha gente para arrancarla de sus raíces.” muchas personas están tan insatisfechas con lo que han ganado que lo cambian por otra cosa y después se dan cuenta que se han equivocado.
No es el lugar o las personas que nos pueden dar prosperidad, es la gracia de Jesucristo en nosotros. Dios puede crear cosas de la nada o puede convertir grandes cosas en nada. V 22-23 “Así ha dicho Jehová el Señor: Tomaré yo del cogollo de aquel alto cedro, y lo plantaré; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré sobre el monte alto y sublime. En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramas, y dará fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas habitarán. Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová lo he dicho, y lo haré.
Una pequeña historia cuanta que había un perrito que llevaba en su hocico un pequeño hueso y cuando el pasaba por un riachuelo miro en el agua un perro más grande con hueso mucho más grande que el suyo. El sin pensarlo dos veces soltó el que tenía y metió su hocico en el agua para agarrar el hueso más grande. El problema fue cuando se dio cuenta que lo que el estaba mirando no era más que el reflejo de el mismo y su hueso, cuando quiso recuperar el suyo ya el agua se lo había llevado.
No te dejes llevar las emociones. Valora lo que tienes mientras luchas por obtener algo mejor. Ambicionar algo mejor no es malo lo malo es cuando nos dejamos dominar por la ambición sin control.